16 jun 2010

Rincones de Río Tinto

Hace unos pocos meses tuve la oportunidad de visitar este rincón de Huelva. Fue mi primera vez, y a pesar de ser mundialmente famoso, no tenía una idea clara de cómo sería ese lugar. Una mina a cielo abierto sí, un río del color del óxido, vale, y por supuesto un montón de fotos abstractas de colores imposibles que no llegan a entenderse bien.

En el texto que sigue os hablaré de algunos rincones que me llamaron especialmente la atención, empezando por el río, la estrella del lugar. Impresiona la variedad de tonalidades que puede llegar a alcanzar, del verde pistacho al rojo sangre, existiendo una zona en concreto en la que conviven estos dos colores en sendos tramos del río que discurren paralelos, separados por un muro de piedra con el agua de un color diferente a cada lado. Uno no llega a comprender la intensidad de esos tonos hasta que está allí, y lo que quizás resulte más sorprendente es que, a pesar de la creencia colectiva (yo el primero) no es contaminación lo que provoca esa explosión de tonalidad, sino su propia naturaleza geológica.

Había un rincón en particular del que me habló Luna que quería conocer. Tras un buen rato perdiéndonos por carreteras sin asfaltar dimos con él. Es una curiosa carretera en medio de la nada, incomunicada, de apenas unos cientos de metros y un asfalto impoluto que se usó hace varios años para el anuncio de un coche. La imagen merecía la pena.

El tren minero es un viaje que creo que no hay que perderse. A pesar del ruido de la locomotora, la sobrepoblación de escolares y los jubilados que riñen por coger el asiento con mejores vistas, supone una oportunidad de recorrerse tranquilamente una muy buena parte de las minas siguiendo el curso derecho del río, mientras se disfruta (depende del narrador) de una explicación en directo de la historia y curiosidades de la zona. Desde él podemos ver los montículos inmensos de escoria de los que sobresalen "caparazones de tortuga", la antigua estación de trenes, los restos arqueológicos de la minería romana, etc...

Y ya sin foto, no quería dejar escapar la oportunidad de recomendaros un lugar para comer. En Minas de Río Tinto, no muy lejos de la entrada del pueblo, podéis encontrar La cocina de Tiago. Entrad y tomaos vuestro tiempo para elegir una buena ración para comer tranquilamente en el parque que hay al lado. El precio ajustado y el buen hacer del cocinero han garantizado que sea una parada segura en mis (ojalá) futuras visitas.


Río Tinto es un excelente destino para una escapada turística a otro mundo. Suena a cliché pero con un poco de curiosidad y sin temor a perderte acabará sorprendiéndote.

4 personas:

Luna on 16 de junio de 2010, 11:56 dijo...

¡Qué bonito revivir nuestro viaje! Rio Tinto impresiona y mucho, una vez tras otra te sorprende y te sientes como en marte.
Os dejo una foto que para mi explica perfectamente lo que es caminar por allí
http://www.flickr.com/photos/lunavv/3513126544/in/set-72157611338050392/

Verónica Ortega on 16 de junio de 2010, 18:29 dijo...

Otro lugar que me apunto para visitar! tendré que hacer la ruta de Luna y Jose jajajajaja

Lorena on 16 de junio de 2010, 19:56 dijo...

Jo, no osperdéis nada, chatos... Verde de envidia me tenéis!!

Elena.LR on 17 de junio de 2010, 21:34 dijo...

Eres un fotón. :)

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