21 mar 2010

Alimentación natural

Autora invitada
Cristina Villarroya Villanueva
Enfermera – Naturópata
www.monsavalencia.org
La naturaleza está interrelacionando con las estaciones del año debido a los cambios climáticos; ni la naturaleza nos ofrece los mismos productos, ni nosotros estamos de la misma manera. En la actualidad muchos de los problemas de salud están relacionados con los nuevos hábitos nutricionales: comida rápida, exceso de azúcares, alimentos refinados y congelados, entre otros. Preparados agradables para la vista pero no para nuestra salud.

La alimentación tradicional que consumieron nuestros antepasados durante miles de años se basaba en cereales integrales, verduras, legumbres, verduras y frutas estacionales; frutos secos, semillas, bayas, y una parte de origen animal, algas y condimentos naturales. Todo en la Naturaleza tiene su propia fuerza vital.

Salimos del periodo invernal para dar paso a la PRIMAVERA que representa el despertar de las fuerzas naturales latentes en invierno. Si el invierno es recogimiento, aislamiento y ahorro de energías en la naturaleza, la primavera supone crecimiento, floración… fertilidad. Las semillas comienzan a germinar, salen brotes en los árboles, todo lo vivo se renueva en primavera.

El 21 de marzo es el equinoccio de primavera: las horas de luz son las mismas que las nocturnas y con el renacer de la primavera, renace también nuestro organismo. Ser conscientes de lo que sucede, nos ayudará a aprovechar los beneficios evitando los trastornos que se pueden ocasionar si estamos predispuestos a ellos.

Así, en la primavera, sentiremos los efectos del invierno si hemos tenido unos hábitos inadecuados: la tendencia a la sobrealimentación, la falta de sol y aire puro permanecer en espacios cerrados y poco ventilados. El organismo se sobrecarga de toxinas y en ocasiones baja sus defensas, lo cual es favorable para la aparición de diferentes alteraciones orgánicas. Es frecuente la llamada “astenia primaveral”, las alergias, los eccemas, las crisis respiratorias… entre otros.

Por lo tanto sería adecuado emprender medidas que favorezcan la salud del hígado ayudándolo en su trabajo, ya que realiza funciones básicas en la asimilación de sustancias que entran en el cuerpo a través de los alimentos. El hígado es el gran laboratorio de nuestro cuerpo que hace posible la asimilación de sustancias beneficiosas y la eliminación de toxinas, sobre todo. La vesícula biliar sirve para almacenar y segregar la bilis, necesaria en el proceso de digestión y fundamental en la descomposición de las grasas.

Es el momento, pues, de “limpiar” de forma gradual para ir adoptando nuevos hábitos y eliminar los excesos. Ahora podemos ir introduciendo en nuestra dieta otros alimentos y así se irán produciendo cambios en nuestras costumbres, casi sin darnos cuenta.

2 personas:

Amama Doula on 22 de marzo de 2010, 21:24 dijo...

La verdad es que no somos conscientes de hasta qué punto la alimentación influye en nuestra salud.
Hace un tiempo no me lo hubiera creido, pero ahora incluso son varias las algas -por nombrar algo distinto- que han pasado a formar parte de mi alimentación.
Y sobre todo ahora que empieza la necesidad de comer ensaladas..¡hay algunas super ricas!

Lorena A. Martí on 22 de marzo de 2010, 22:46 dijo...

Gracias Cristina por tu artículo.
Es interesante (y necesario) preocuparnos por la alimentación, pues ésta es la que nos define y la que nos "hace" en gran medida.

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