Cuando nos conocimos, las dos estudiábamos 5º EGB y estuvimos juntas hasta 8º, en un colegio donde pasábamos la semana en el internado, para el finde irnos a casa con la family.
Si me pidieran que nombrara dos recuerdos de aquella época diría:
DESPACHO DE LA DIRECTORA y NOCHES A URTADILLAS ROBANDO HELADOS DE LA DESPENSA DEL COMEDOR ( Por culpa de esto último, casi nos tienen que ingresar en una ocasión, debido a una indigestión por un campeonato nocturno de “a ver quien come más helados”)... Supongo que confesado esto, entre otras lindezas de aquella época, se entenderá porque el Despacho de la directora viene a mi mente cada vez que el nombre de Margot reaparece en mi recuerdo.
Lo que venía contando... gracias al Face, Margot y yo pudimos encontrarnos hace un mes y ponernos al día de donde nos había llevado la vida en estas dos décadas... lo cierto es que los años te hacen girar tanto que cuando alguien te trae una pieza de puzzle de tus recuerdos... te pasas horas diciendo: “Es verdad! No me acordaba de eso” y pasas una velada superagradable recordando lo trasto que eras y riéndote como por aquel entonces... ( Tal vez más adelante, haga otras confesiones de aquella época, de momento para mi primer post, con la de los helados vais servidos... ).
Cuando Margot me dijo que había montado una escuela de yoga y la vi tan supermísitica y en plan “super paz pormisadentros”... le dije: ”Tía, no me lo creo... tu no eres así mari”... Pero resulta que sí, que me convenció de que el yoga era una fuente de salud espiritual y física... que le había ayudado un montón en momentos duros.
Bien... convencida por mi nueva gurú espiritual... me fui de compras (cosa que a mí, espiritualmente me ayuda un montón... ) y me hice con mi superkit de yoga para principiantes (unas mallas, una camiseta, calcetines, una toallita y un sudadera. Todo en blanco... )
Como era mi primera clase, Margot me dijo: “Esa hora la daré yo, así te ayudaré en tu iniciación... ¡No quiero perdérmelo!”
Bien... Media hora de ejercicios de respiración, media hora de posturas y estiramientos... me convencieron absolutamente de que, realmente, el yoga ayuda a relajarse ( y lo dice una persona, que si algo no es, es relajada... el estrés, es parte de mi vida... hasta mis sueños son estresados... no es broma, estoy hablando absolutamente en serio... )... Tal vez al principio me sentí extraña y ridícula a partes iguales... pero a los cinco minutos me dejé llevar... el sonido de mi respiración, dejar aparcado todo lo diario, sentir como mi cuerpo, agradecido, daba paso a nuevas sensaciones... Incluso cuando en alguna postura mi espalda protestaba... luego venía la recompensa de una postura mucho más agradable para compensar la anterior...
Cuando terminé la clase mi amiga vino al vestuario conmigo y me dijo: “¿Que tal Cali?... ¿Te ha gustado?”... Y entonces, en su cara de treintañera, vi a la Margot de EGB, cuando me preguntaba con sumo interés algo relacionado a nuestras aventuras de entonces... La vi ahí, tan cambiada y tan igual a partes iguales... y sentí tanta alegría por dentro de tenerla cerca de nuevo... eso debía ser yoga emocional.
La vida, a veces, te hace pequeños regalos que envuelven otros regalos a su vez... en este caso, Margot escondía la sorpresa de ayudarme a descubrir esta nueva actividad.
Hoy es mi segunda clase... ya os contaré... porque sí, el yoga... es para mí.
Autora invitada, Cali.
2 personas:
Mira que he buscado yo a gente del cole en el facebook y no encuentro a nadie!!! jo :( me haría ilusión.
Yo practiqué yoga (para principiantes totales) una temporada y me gustó mucho, también el taichí, a ver si vuelvo a ello.
Gracias Cali.
Ya te digo si es alegría encontar a compis del cole, yo que me reuno con algunas de hace 40 años.¡Felicidades por reencontrar a tu Margot!
Y practicar yoga, no sólo las asanas, es una gran filosofía de vida que yo recomiendo. Así como el tai-chi y el qi gong (chi kung)aunque están en otra linea.
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