Cuando nace un bebé, amigos y familiares suelen pregunta a los recientes papás "¿Qué necesitáis?".
En nuestro caso, excepto algún portabebés, no sabíamos qué contestar. Afortunadamente teníamos mucha ropa "nueva" de nuestra sobrina y todos los accesorios básicos (arrullos, cambiadores, sillitas de auto, etc) de el resto de sobrinos. Así es que pudimos hasta elegir.
Nos prestaron una mini-cuna para poder meter a la peque durante las siestas del día y tenerla cerca de mí, en la habitación que yo estuviera. Pero pasaron dos cosas inesperadas (como todo lo relacionado con los bebés), primero que la cuna no cabía "holgadamente" por las puertas y segundo que mi hija desde recién nacida, ¡no duerme de día! (y desde hace un par de meses, tampoco por las noches... :P)
Así es que decidimos que teníamos que pedir una hamaquita, pero a mí no me convencían las que nos prestaban. O eran muy rígidas o estaban muy "incorporadas".
Finalmente decidimos buscar una que se acoplara a nuestras necesidades y dimos con la hamaca multiposiciones Ficher Price. Nuestro primer "trasto" infantil.
Nos convenció por sus diferentes "caras". Ya que cargábamos con un trasto que acabaría siendo innecesario, qué mejor que fuese útil durante al menos 3 años.
Y eso es lo llamativo de esta hamaca, que tiene varias posiciones.
La primera es ideal para los bebés porque están muy recostaditos y con los laterales protegidos. Más tarde, puedes levantar un poco el respaldo o "alargar" las patas traseras. Y todo esto se combina con poder dejarla inmóvil o con balanceo.
A nosotros nos convenció enseguida y no fue por la función "vibración" o por los muñequitos colgantes. Como ya os he dicho, nos encantaron todas las hamacas que hay dentro de ella misma ;)
La usamos a diario y, además, flor de té está encantada con ella.
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