Esto que reza el dicho ya era conocido por todos. Ahora, lo corrobora el estudio “Índice del planeta feliz”, realizado por el centro de investigación New Economics Foundation, basado en los niveles de consumo, expectativa de vida y felicidad.
El concepto de la felicidad nacional bruta (conocido como FIB) se desarrolló en un intento de definir un indicador que mida la calidad de vida o progreso social en términos más holísticos y psicológicos que el PIB.
Mientras los modelos convencionales de desarrollo se centran en el crecimiento económico como el objetivo final, el concepto de felicidad nacional se basaría en la premisa de que algunas formas de desarrollo económico, como la economía ecológica, son poco rentables, pero producen una contibución positiva al bienestar.
De esta manera, Los cuatro pilares de la FIB son la promoción del desarrollo sostenible, la preservación y promoción de los valores culturales, la conservación del medio natural y el establecimiento de la buena gobernanza.
El indicador FIB se refiere al concepto de una medida cuantitativa de bienestar y felicidad. Las medidas subjetivas como el bienestar son más relevantes e importantes que las medidas más objetivas, como el consumo. Así, esta fórmula de esa felicidad, más mágica que matemática, consiste en dividir bienestar y esperanza de vida por impacto ecológico.
Según el estudio “Índice del planeta feliz”, basado en una encuesta realizada a los habitantes de 178 países, reveló que los ciudadanos más felices de la tierra viven en la pequeña isla de Vanuatu, en el Océano Pacífico. Son 209.000 habitantes de un país cuya economía se basa en la agricultura a pequeña escala y el turismo.
Resulta curioso que muchas de las naciones más desarrolladas aparecen en puestos inferiores. Alemania, por ejemplo, aparece en el puesto 81, España en el 85, Japón en el 95, Francia en el 129 y Estados Unidos en el puesto 150.
Lo que viene a darme la razón respecto a mi reflexión sobre la calidad de vida :)
1 personas:
Curiosísimo!!!
El estado capitalista tiene la "gracia" de cegarnos y "suplir las necesidades básicas del corazón" con productos...
En fin... da mucha pena... y lo peor de todo es la fuerza que tiene, que hasta a los que somos conscientes nos arrastra...
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