El segundo cuento sobre el que voy a hablar es La Cenicienta. Es el más antiguo de todos y su origen se remonta a épocas muy lejanas porque, en realidad, se trata de una versión de un cuento chino del siglo XI a.C. y tiene más de 340 variantes. La primera versión que se recoge por escrito se hace sobre el año 850 d.C.
Pero el que dio fama a la historia fue nuevamente Charles Perrault, que elimina a la madre de las versiones anteriores y la cambia por una madrastra, ya que le pareció demasiado traumático que una madre le hiciera tales faenas a su hija, y añade también una bondadosa hada madrina que transforma una calabaza en una carroza, tirada por caballos y acompañada por elegantes lacayos.
La versión más conocida y que seguramente todos hemos visto es la de Disney, pero como ya hemos dicho, son muchas las existentes y para resumir, citaré una serie de elementos comunes:
-El diminuto tamaño del pie como símbolo de virtud y belleza.
-El maltrato de la madrastra y sus hijas a la pobre Cenicienta.
-La fiesta donde Cenicienta acude y pierde su zapato hecho de algún material precioso.
-El terrateniente o el príncipe que desea casarse con la dueña del zapato.
-La existencia de un padrino o una hada madrina, que son los protectores de la joven.
Respecto al famoso zapato, es interesante saber que no era de cristal. El cuento de Charles Perrault fue mal traducido. El mítico zapato nunca fue de cristal, sino de cuero. Al parecer, hay dos palabras similares en francés que dieron origen a esta confusión: "vaire" (cuero) y "verre" (vidrio o cristal).
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